
Sin embargo no podremos rescatar al alma mater de las
obscuras manos de la derecha sin la necesaria organización de los verdaderos
estudiantes de izquierda, quienes debemos dar un paso adelante venciendo el
individualismo, los protagonismos egoístas, para poder avanzar hacia la
construcción de un sólido movimiento estudiantil que se destaque por sus
propuestas y soluciones concretas a los problemas. Sin esta organización no
podremos avanzar y contribuir en la lucha por una mejor sociedad.
Solo un movimiento estudiantil revolucionario, fortalecido,
en lo político ideológico, que transcienda a la propuesta del show y parranda
propuesta por la dirigencia tradicional, un movimiento que no se haga cómplice
de la corrupción llevada a cabo por las autoridades, puede echar por tierra las
pretensiones del capitalismo de silenciar el potencial creativo y productivo de
las universidades en favor de las mayorías.
Dejándonos esto en claro la necesidad de que en este nuevo
año en donde tendremos nuevos retos, nuevas acciones y movilizaciones, que debe
ser de principal atención retomar y
organizar una propuesta que llegue con claridad y contundencia a la masa
estudiantil, donde esta se incorpore a las iniciativas de lucha. Para esto es
necesario fortalecer los espacios de lucha, en los diversos frentes de trabajo,
espacios culturales, de discusión política, conformar espacios literarios,
donde se desarrolle tanto el trabajo creador como el talento humano junto con
su capacidad de lucha.
Es por esto que hacemos el llamado a que este año sea de
organización revolucionaria estudiantil, para de esta manera retomar espacios
estudiantiles reivindicativos: federaciones, centros de estudiantes o vocerías
y de esta manera poder contribuir y eliminar las carencias y debilidades de
nuestro sector.
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