martes, 16 de septiembre de 2014

La Chispa, agosto 2014. EDITORIAL.- Los efectos de la crisis económica que estalló en 2008 en Norteamérica continúan. El gran capital financiero, se ha encargado de aplicar medidas de austeridad que se traducen en expoliación y explotación cada vez mayor hacia la clase proletaria y los pueblos. Es por ello que, la emancipación  de las grandes masas se observa con ímpetu por medio de la organización popular, las movilizaciones, el paro generalizado y las protestas,  al igual que, la represión brutal  de los gobiernos neoliberales. Ucrania, Palestina, Siria, Irak y Venezuela, son escenarios de las pretensiones del nuevo reparto del mundo ya repartido y se evidencian las tensiones de guerra mundial. Venezuela vive una ofensiva imperialista, el primer semestre de este año fue el preludio de un Golpe de Estado sostenido nuevamente por los partidos políticos de la oposición, que tras la muerte del Comandante Chávez y los efectos de la crisis en la economía, han encontrado las condiciones para la desestabilización nacional con la escasez, el acaparamiento, el contrabando y el sabotaje. El saldo de tal arremetida es de 46 muertos, destrozos gubernamentales y persecución política hacia los revolucionarios (as), las cuales, buscan mantener hasta finales del año con modalidades de sicariato, paramilitarismo, entre otros, donde el movimiento estudiantil opositor ha cumplido un papel protagónico con focos de violencia, recibiendo el apoyo internacional de organizaciones de derecha como ORPOT, USAID y fundación Soros. Ante esto, la organización popular revolucionaria avanza en la conformación y el fortalecimiento de frentes populares, consejos, milicias y comunas. El movimiento estudiantil revolucionario encuentra su expresión orgánica en el Frente Universitario Revolucionario Socialista y su reciente III Congreso Nacional, donde definió como líneas de acción la defensa de las conquistas obtenidas con la Revolución Bolivariana en materia de educación, así como, la conquista de los centros y consejos estudiantiles, y la Federación Nacional de Estudiantes de Venezuela, para frenar a la derecha lacaya y profundizar así la revolución con la transformación universitaria. Bajo todo este panorama, se levanta la combatividad y esperanza del estudiantado latinoamericano con la realización del 17 Congreso Latinoamericano y Caribeño de Estudiantes CLAE, Managua, Nicaragua del 17 al 22 de agosto, donde se ratificará el carácter antiimperialista  de la OCLAE y se avanzará en la consolidación de la integración.